¿Conoces el konjac?
El konjac es un tubérculo procedente de Asia, sobre todo de Japón y la China. Tiene muchas propiedades beneficiosas para la salud y, además, nos ayuda a bajar de peso. Su nombre científico es Amorphophallus konjac, y podemos encontrarlo en varios productos elaborados, como fideos, harinas, en una forma similar al arroz, en suplementos alimenticios...
El konjac tiene una fibra soluble que es su principal componente activo, llamada glucomanano. Su principal propiedad es la de hacernos sentir saciadas, sobre todo si tomamos konjac acompañado de agua, porque aumenta su volumen en el estómago y te hace sentir llena. Ello ayuda a reducir la ingesta o evita que vayamos picando entre horas.
A parte, el konjac tiene muy pocas calorías e hidratos de carbono; ello hace que un plato de konjac (en forma de fideos, por ejemplo) es ideal para controlar el peso si tienes muchas ganas de comer pasta. Si haces una elaboración sabrosa y saludable (con verduras salteadas o con setas, por ejemplo) para combinar con esta pasta, quedarás satisfecha habiendo añadido pocas calorías a la dieta. A la vez, el konjac es rico en fibra, que ayuda a ir al baño, y también es adecuado para personas diabéticas o con el colesterol alto.
El konjac no tiene un sabor demasiado pronunciado, o sea que siempre es mejor acompañarlo bien. Eso sí, durante la comida es recomendable beber un vaso de agua como mínimo para hidratarte, sentirte saciada y porque su fibra se absorberá mejor. Hay que consumirlo, como siempre, dentro de una dieta variada y equilibrada, no abusar de él y que no desplace otros alimentos saludables.
Aprovecho para hablaros de @thekonjacshop, una empresa de proximidad que elabora un montón de productos con el konjac omo base, como nidos, espaguetis, arroz, láminas de lasaña... y también platos elaborados que no necesitan nevera, como el arroz de konjac con pollo y vegetales o espaguetis konjac a la boloñesa, entre otros. ¡Estoy segura de que os encantará!